Tras las derrotas sufridas en Pearl Harbor y en el Mar del Coral, la inteligencia norteamericana trabajó exhaustivamente para descubrir donde sería el próximo ataque de los japoneses.
El trabajo de los estadounidenses se vio favorecido por la intuición de las tropas, quienes sospechaban que los hidroaviones Kawanishi atacarían sobre las islas de Hawái.
En realidad, el ejército japonés, no tenía otro objetivo que atacar los territorios no bombardeados durante el ataque a Pearl Harbor.
A continuación, la marina norteamericana realizó un análisis en el que se concluyó con que la pérdida de Midway podría llegar a ser una verdadera catástrofe. Se perderían sin duda una de las bases militares de realización de bombardeos a largo alcance.
Los estadounidenses contaban solo con tres portaviones, el Hornet, el Enterprise y el Yorktown que estaba sumamente dañado y al que los japoneses creían haber hundido en la batalla del Mar de Coral. El Yorktown fue reparado en 3 días, empleando 1600 obreros que trabajaron día y noche. Dada la situación, la esperanza de victoria era poco probable, y solo podían contar con que los japoneses no se enteraran del envío de esta fuerza de ataque.
El almirante Chester Nimitz viajó a Midway para dirigir los preparativos e incrementar las defensas de la isla. Ordenó el envío de refuerzos tanto en aviones como soldados, puso al mando de la flota de ataque al comandante Spruance. Al grupo de portaviones la acompañaba una fuerza de apoyo denominada N 17 formada por 8 cruceros y 15 destructores y dirigida por el almirante Fletcher. Además enviaron 20 submarinos que se adelantaron al grupo principal. Ese mismo día, el 27 de mayo de 1942 zarpó la contraparte japonesa.
Nimitz sabía que se jugaba todo y si su flota era destruida, nada se interponía entre los japoneses, las islas de Hawaii y toda la costa oeste de Estados Unidos. La suerte le acompañó, su flota paso la noche del 31 de mayo por los arrecifes de Fragata Shoals cerca de Midway donde no fueron detectados por los submarinos japoneses que llegaron un día después. Los estadounidenses aun contaban con el factor sorpresa.
La flota estadounidense desde el 27 de mayo se dirigió a un punto denominado “L” que se ubicaba a 200 millas al noroeste de Midway. Este punto fue fijado por el almirante Chester, como una posición para iniciar el ataque.
Por otro lado el 1 de junio, los portaviones japoneses navegaron hacia el Noroeste hasta llegar a un punto situado a 1000 millas de Midway, a partir del cual se dirigirían a las islas del suroeste.
En Midway por su parte se organizó un despliegue de reconocimiento aéreo empleando hidroaviones “23 PBY Catalina” que conformaron una zona de 1150 millas perimetrales de reconocimiento aéreo en el este de Midway. Ahora, ningún buque venido en esa dirección pasaría desapercibido.
Finalmente, la flota americana arribó aproximadamente a unas 300 millas de la isla de Midway, el 3 de junio. Mientras, los japoneses se ubicaron ese mismo día a 250 millas de la isla a las 14 horas. Ambas flotas desconocían la presencia de la otra.
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